
De entre las muchas imágenes que he visto en estas semanas de pandemia hay una que me impactó de manera particular: En algunos centros de salud de Italia, los parientes de enfermos de coronavirus en estado grave se comunican con ellos, impedidos de acercarse físicamente, a través de tabletas que transmiten su voz e imagen. Esta es una de las múltiples funciones que la tecnología desempeña en esta crisis y una expresión de la forma en que la tecnología puede proteger la humanidad amenazada. Comunidades médicas y científicas de todo el mundo comparten por vía digital data necesaria para gestionar con la mayor efectividad posible los sistemas de salud, asignar camas y ventiladores y desarrollar tratamientos contra la enfermedad. Aplicaciones permiten certificar la ausencia de enfermedad en una persona. Big data y las mismas redes sociales son utilizadas para rastrear infecciones y mantener informadas a las personas sobre las conductas que se esperan de ellas. Uno de los mejores centros de recursos para la información sobre el coronavirus, el provisto por la universidad Johns Hopkins, despliega en línea y de manera actualizada el estado de la enfermedad en todo el planeta y es utilizado por los gobiernos como fuente técnica de información. Fuente Listin Diario
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