- Proactividad
- Aprendizajes y conflictos motivacionales
- Madurez afectiva
- Gestión del tiempo personal y profesional
- Trayectoria personal y profesional de un líder
PROACTIVIDAD
Este concepto se refiere a la actitud que tienen
algunas personas para anticiparse a cualquier
suceso en el futuro. Se trata de analizar, antes de
actuar. La proactividad se enfoca en la vida
empresarial; se puede afirmar como ejemplo, que
antes de fabricar cualquier producto o dar un
servicio, generalmente el empresario o líder
investiga las necesidades del mercado para
determinar la aceptación o posible rechazo a ese
nuevo bien tangible o intangible. La proactividad
debe cumplir con varios objetivos:
- Impulsar nuevas ideas y generar conocimientos para saber si existirán cambios en el futuro.
- Investigar lo desconocido o asuntos de interés para la búsqueda de oportunidades
- Fomentar la creatividad y la confianza en el líder y su equipo de trabajo.
- Aportar nuevas hipótesis que den inicio a un análisis sobre los futuros sucesos.
- Participar de las nuevas tecnologías de información.
Un líder con capacidades proactivas siempre logra grandes resultados. Pero no sólo
es importante este atributo, sino también otras características conductuales que hacen de
la carrera profesional un éxito.
APRENDIZAJES Y CONFLICTOS MOTIVACIONALES
El aprendizaje es un proceso gradual y permanente que requiere de varios elementos que
lo faciliten y, sobre todo, que generen el cambio conductual, cognoscitivo y emocional que
se requiere. Tales elementos son el interés, la atención, la percepción, la
comprensión, retención y aplicación.
La retención del nuevo conocimiento se facilita al oír, ver, decir y hacer las cosas; por lo
anterior, es posible decir que para aprender, se requiere de una fuerza que motive a
alcanzar los objetivos y facilite la conducta humana hacia el logro de tales propósitos.
Estos motivos tienen dos orígenes: fisiológicos y sociales; los primeros surgen a partir de
las necesidades del organismo (como el hambre y la sed); los segundos por las relaciones
del hombre con otras personas.
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MADUREZ EFECTIVA
De acuerdo con la Real Academia Española, la
madurez es el “buen juicio, prudencia y
sensatez”. Pero llegar a ser una persona madura
toma tiempo y exige aprender.
Todo proceso de aprendizaje dirigido a
humanizar, evoluciona hacia el desarrollo de la
afectividad.
A medida que los directivos y líderes
van conociendo a las personas, su relación con ellas
es consecuencia de la manera de actuar de quienes les rodean y de su modo de ver la
vida. Se desarrolla, entonces, lo que se conoce como afectividad.
La afectividad es el desarrollo de la propensión a querer; es el conjunto de
sentimientos, emociones y pasiones de una persona y también se considera como
la tendencia a una reacción emotiva o sentimental.
Un directivo llega a tener madurez afectiva, cuando todo lo que realiza o hace es en
beneficio de las demás personas que colaboran con él. Su principal preocupación es la
gente y sabe que mientras su trato hacia ellos sea cada vez más humano, obtendrá
mejores resultados. Existen ejemplos en los que esta expectativa no se basa en beneficios
económicos, sino, más bien, espirituales.
GESTIÓN DEL TIEMPO PERSONAL Y PROFESIONAL
El tiempo es importante para todo: el trabajo, la convivencia
familiar, el deporte, cultivar amistades largas y duraderas y
crecer interiormente. Peter Drucker consideraba que el
tiempo era el más importante de todos los recursos e
indispensable para el desempeño de los ejecutivos, ya que,
sólo administrándolo era posible lograr algo. Añadió que el
manejo de este 36 recurso en forma más eficaz no es
cuestión de esperar una epifanía. Sólo es cuestión de
analizar y esforzarse.
La gestión del tiempo, es otra competencia que deben
autodesarrollar los líderes; ya que se trata de un elemento escaso y que, por lo tanto, no se
puede reemplazar. Se trata de gestionar vida propia; todo ser humano tiene 24 horas y aún
para muchos resulta incomprensible cómo es que existen individuos tan eficientes con su
tiempo y otros a quienes nunca les alcanza. La diferencia radica en la utilización.
Todo gerente o ejecutivo vive en una constante presión por el tiempo para tomar
decisiones y resolver problemas. Es común, por tanto, que sufran de estrés, experimenten
angustia y no se detengan a planear cada situación futura para evitar perder minutos
valiosos en la vida empresarial. Por lo general, esto sucede porque los líderes
confunden lo importante con lo urgente.
Muchos gerentes buscan culpables por perder el tiempo, se quejan de que hay un exceso
de juntas o reuniones importantes, de que atienden a demasiada gente durante un día
normal de labores y que son los empleados quienes cometen errores, cuando
verdaderamente el problema está en ellos.
Es recomendable, para evitar estos extremos:
- Organizar personalmente actividades,
- Establecer prioridades,
- Delegar en los empleados,
- Mantener cierto optimismo razonable (no excesivo), Ser puntual y controlar el horario de cada actividad.
TRAYECTORIA PERSONAL Y PROFESIONAL DE UN LIDER
A lo largo de su vida, el líder desarrolla una trayectoria personal y profesional. En el
presente, ya no sólo se preocupa del salario, las prestaciones y otro tipo de recompensas
económicas que proporcionan las empresas, también da igual importancia a la satisfacción
personal, al gusto por el trabajo, a la relación con los compañeros y la satisfacción en la
vida privada. El trabajo de un líder, radica en cuatro componentes:
La participación del líder en la familia también es importante: tanto hombres como mujeres
tienen la responsabilidad de mantener al núcleo familiar integrado, bajo lazos de
comunicación y afecto; sin olvidar la responsabilidad económica que mantener un hogar
implica. En la familia debe prevalecer la honestidad, la sinceridad, la comunicación, el amor
y el afecto, pero también la atención a los hijos.
Un líder, nunca ha sido entrenado como padre de familia, y sin embargo instruye a los hijos; aconseja a los integrantes de la familia y asesora a los colaboradores en el trabajo. En ambos núcleos se aplica el autoliderazgo. Así como el líder da el ejemplo en el ámbito laboral, también lo hace en la familia.
Los amigos también son importantes para el líder, por lo que conviene cultivar con ellos para una relación duradera y no pasajera.
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